Muchos psicólogos cuando hablan de que el poder está en el interior del hombre creen que ellos lo han descubierto.
Para obtener este poder muchos acuden al ocultismo, leen libros de toda clase donde les quieren enseñar diferentes técnicas.
Dios nos habla de ese poder desde hace muchos años atrás
El poder está en nuestra forma de pensar y de declarar las cosas.
Cuando cambia nuestra manera de pensar sobre las personas o las cosas, las cosas y las personas cambian.
Debemos aprender a declarar lo que no es como si fuera. Romanos 4: 17 “(como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.”
La misma palabra de Dios nos explica lo que significa declarar lo que no es como si fuera. Antes de entrenar al soldado para la guerra, lo que Dios quería es que el soldado cambie su manera de pensar. Joel 3: 10 “Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; diga el débil: Fuerte soy.” El débil diga fuerte soy, por lo tanto el enfermo diga sano soy.
De qué sirve un soldado bien entrenado en el manejo de armas si tiene un corazón de cobarde. A un ratón lo pueden convertir en león, pero si conserva su corazón de ratón siempre seguirá siendo un ratón.
Dios nos dio el poder en nuestra mente y en nuestra lengua. Proverbios 18: 21 “La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos.” Cada uno es lo que piensa que es y lo que declara que es. Si piensa que es un inútil y con su lengua lo declara, eso es lo que será toda su vida…un inútil. Si por lo contrario piensa que es capaz, que si puede y lo declara con su lengua. Eso es lo que él será una persona capaz de hacer cualquier cosa.
Dios nos da un ejemplo claro con la mujer del flujo de sangre. Ella estaba enferma desde hace doce años, había gastado mucho dinero en doctores. V 20 “Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;”
El milagro de sanidad se origino en su mente. Ella iba declarando y pensando, si tocare el borde de su manto seré sana, esto es algo que ella iba repitiendo constantemente. En su mente. V 21 “porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.”
La intención de Jesús no era sanar a esa mujer, ni siquiera la había visto. Marcos 5: 31-32 “Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado?
5:32 Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. ”
5:32 Pero él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. ”
Ella tomo la decisión de declarar lo que no es como si fuera. Y con su fe activo el milagro. Marcos 5: 30 “Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?”
Lo que deseamos con vehemencia en nuestra mente es lo que termina sucediéndonos. Cuando alguien está pensando en algo y le sucede dice: es que yo lo presentía. Es decir ella lo anhelaba tanto que ya creía que le iba a suceder.
De ti depende como ha de ser el día que comienzas, cada mañana te puedes levantar pensando que es e el mejor día de tu vida o puedes declarar que va a ser el peor día de tu vida. El poder está en ti porque a Dios le ha placido dártelo. Tú decides como o para que lo utilices.
Sierra tus ojos por un instante e imagínate que tu ere lo mejor, que eres lo más precioso para Dios. Que tu actitud cambie las circunstancias, no permitas que las circunstancias cambien tu actitud de vencedor.